Como nos fuímos al pueblo, mi hijo y yo salimos, por allí, en dirección al túnel de Salomón.
Lo intentamos en verano junto con el calambre Francisco, pero un inoportuno pinchazo nos impidió llegar.
Esta vez lo hemos conseguido y, para dejar una prueba indeleble, os copio varias fotos de la jornada.
Sin duda, el paisaje es extraordinario y ¡qué poca gente lo conoce! (quizás sea mejor así). La dos primeras fotos son desde la entrada sur, las otras dos del lado norte.
¡Ah! En total 60 km, o lo que es igual, 30 melones en cada pistón.
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