Para dejar constancia, y que no duden vuestras sesudas mentes, de lo acontecido, os plasmo varias instantáneas. Espero, que con la ayuda de los cielos (a los que debo rogar), vuestras mercedes tengan a bien acompañarnos en las siguientes batallas, que si bien no habrá sangre no ha de faltar un poco de café, del de las Indias, y algo de jugo de cebada.
Sin más, hago reverencia a vuestras mercedes.




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